Con la primera ola de calor del verano, el intenso tráfico motorizado
de las ciudades de Castilla y León y las emisiones de las centrales
térmicas de Anllares, Compostilla, La Robla y Guardo están provocando
que se disparen los niveles de ozono en el entorno de las principales
poblaciones de la región y de las centrales térmicas citadas.
Los niveles más elevados se han registrado ayer en Segovia, donde a
las 4 de la tarde se alcanzó una media horaria de 160 microgramos por
metro cúbico, próxima al umbral que obliga a informar a la población de
que tome medidas de autoprotección, umbral establecido por la normativa
española y europea en 180 microgramos por metro cúbico.
En Medina de Pomar (Burgos) se alcanzaron 159 microgramos por metro
cúbico a las 6 de la tarde, mientras León, La Robla, Ponferrada,
Palencia, Medina del Campo y Zamora superaron los 140 microgramos por
metro cúbico. Todas estas zonas y las de Burgos, Miranda de Ebro,
Sierras de Salamanca y Sur de Ávila superaron ayer el objetivo
establecido por la normativa europea y española para proteger la salud
(120 microgramos por metro cúbico al día), así como la guía de la
Organización Mundial de la Salud (100 microgramos por metro cúbico al
día). De Salamanca y Valladolid la web de la Junta de Castilla y León no
ha publicado datos.
Dado que las elevadas temperaturas se mantendrán hoy jueves y mañana
viernes en buena parte de Castilla y León, la Junta debería estar
difundiendo un mensaje de advertencia a la población, en particular
aquellos grupos más sensibles (niños, ancianos y enfermos respiratorios
crónicos) para que se proteja de los efectos del ozono evitando los
esfuerzos físicos al aire libre en las horas centrales del día. A pesar
de alertar de temperaturas elevadas y riesgo de incendios forestales, el
112 regional no dice nada de los altos niveles de ozono.
La previsión de la superación del umbral de información, obliga a las
autoridades autonómicas a advertir a la población con antelación y no
“a toro pasado” de que se protejan. También deben informar sobre la
previsión de evolución de la contaminación, las áreas afectadas y la
duración del episodio. Durante el verano de 2013, fueron varias las
ocasiones en las que se superó este umbral de información sin alerta
alguna a la población.
El ozono es un contaminante que provoca por inhalación un incremento
de los riesgos de enfermedades respiratorias agudas y reducción de la
función pulmonar, así como el agravamiento de patologías
cardiovasculares. La Organización Mundial de la Salud estima como media
en 2.000 los fallecimientos prematuros anuales en España producidos como
consecuencia de la exposición a niveles de ozono como los registrados
en Castilla y León.
Publicado en la web de Ecologistas en acción
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