PROGRAMA
MARTES 16 . 18:00 h. Bajada de la Libertad:
Parking Day.
Taller de mantenimiento de patines
MIERCOLES 17.
10.30 h. Salón de actos de CCOO. Plaza Madrid, nº 4- 7ª planta Charla: Corredor Palencia - Medina del Campo, propuesta sindical para la mejora del transporte de viajeros.
-20:30 h. La Casa de las Palabras. C/ San Ignacio, 9. Proyección del documental “Sobre Ruedas, el sueño del automóvil” y debate posterior. *Debido a la previsión de lluvia se ha tenido que trasladar la proyección al aire libre a un lugar cerrado: La Casa de las Palabras.*
JUEVES 18.
11.00 h. Calle Treviño 74.
Recorrido con personas en sillas de ruedas en los alrededores de la
residencia de ASPAYM, para detectar mejoras urbanísticas en cuanto a la
accesibilidad .
19:00 h. Centro Cívico El Campillo . Charla sobre movilidad y cambio climático.
VIERNES 19.
19:00 h. Salón de actos de la Biblioteca Pública de Valladolid. Presentación y debate sobre el informe “Las cuentas ecológicas del transporte”
SÁBADO 20.
Plaza San Juan Durante todo el día, coincidiendo con
la fiesta del vecino, exposiciones sobre puntos negros y sobre
violencia vial (Stop Accidentes). Encuestas sobre movilidad y reparto de
plantas para quien rellene las encuestas
11.00 h. Exteriores del Aulario Cursos para aprender a montar y circular en bici.
17:30 h. Plaza Mayor VI Pucelona
17:30 h. Plaza Mayor. Marcha en patines
DOMINGO 21.
11 h. Plaza Mayor: Cicloconcejalada.
11 h. Pº Recoletos: Master Class patines
21 h Plaza de la Solidaridad. Presentación del corto "Mil máquinas jamás harán una flor".
LUNES 22 DE SEPTIEMBRE: DÍA SIN COCHE
20: 00 Horas plaza Mayor: Masa Crítica Elegante
Y a ti, ¿Qué te mueve?
¿La máquina para la vida o la vida para la máquina?
Desde un punto de vista capitalista, desde luego que no interesa
fomentar que la gente deje de querer poseer un coche por persona, o que
deje de coger un tren para empezar a hacer autostop, o que decida
organizarse para ir al trabajo. Pero si nos paramos a pensar, que cada
cual vaya solo en su automóvil cada día y lo use en distancias cortas,
lejos de ser útil, es una necesidad creada, como tantas otras.
La ciudad está diseñada para los consumidores de vehículos a motor y
en muchos casos prioritariamente al flujo de transeúntes, ya que resulta
algo tan común el hecho de tener un coche, que parece casi
incuestionable su verdadera practicidad... Pero, ¿Qué pasaría si la
inmensa mayoría de sus habitantes se dispusiera a moverse de otra
manera? A todos los niveles. ¿Qué pasaría si nos diésemos cuenta de que
podemos elegir no consumir tanto? Tanta energía, tanto conbustible,
tanto espacio, tanto consumir por consumir... ¿Qué pasaría si dejáramos
de gastar más de lo necesario?
Ya no solo por no disponer de recursos económicos para consumir más, si
no por conmprender que no existe la necesidad real para un estilo de
vida con los niveles de despilfarro como el actual. No resulta práctico.
El modelo antiguo, el modelo al que nos empujan, no resulta nada
práctico, ya que nos perjudica a todos los niveles. Y en el fondo, todos
sabemos que lo mecánico en la mayoría de los casos es mucho más
duradero que lo tecnológicamente más desarrollado.
Y si esto no es nuevo, y todos lo sabemos, preguntémonos qué nos
frena para usar los medios de movilidad más eficaces y menos costosos...
A estas alturas del partido, ¿Aún nos quedan anillos en las manos para
sostener un tren de vida que ya pasó? Y que, en definitiva, nos ha
servido para darnos cuenta de que no solo podemos vivir con menos, si no
que, a la larga es la única mamera de seguir viviendo. En nuestra mano
está olvidarnos del qué dirán y asumir un tipo de vida más útil y
humano, en lugar de luchar cada día y sufrir porque la vida está muy
cara.. Es el estilo de vida que queremos mantener lo que resulta muy
caro. O nos adaptamos, o nos extinguimos. Ya sea por la polución que
generamos, o por la desesperación que nos supone tanto gasto y tan poco
ingreso. Se trata de elegir calidad de vida. Descubriendo verdaderamente
lo que es la vida y no la esclavitud de sobrevivir en la sociedad
moderna que hemos construido a costa de ella.
La tecnología comenzó a desarrollarse para mejorar la calidad de vida
de los humanos, pero actualmente la empeora con creces. Estamos
literalmente muriendo a costa de mantener la sociedad que hemos creado.
Los niveles de polución y el uso de metales pesados para la fabricación
de los aparatos que se supone hacen nuestra vida mas facil, hoy en día
son la causa de nuestras enfermedades y muertes.
Algunas de las enfermedades que causa la contaminación atmosférica:
· Enfermedades respiratorias como la neumonía, bronquitis, asma
· Enfermedades virales: fiebre amarilla, hepatitis, dengue.
· Los niveles altos de contaminación en el aire relacionados con las
partículas PM2.5, que despiden los motores diesel de los coches, provoca
enfermedades del sistema circulatorio.
· El Grupo Español de Cáncer de Pulmón alerta que “la alta tasa de
contaminación en las ciudades incrementa un 20% el riesgo de padecer
cáncer de pulmón”. El número de muertes por esta enfermedad ha aumentado
un 8% en las poblaciones más contaminadas de España. Además de la
contaminación por ruido, que es una de las causas más señaladas a la
hora de diagnosticar enfermedades nerviosas y psicológicas. La
contaminación acústica también provoca algunos trastornos de la salud
como el insomnio, dolores de cabeza, ataques al corazón y el mal de
tinnitus o acúferos.
Sin olvidar los cientos de afectados por accidentes de tráfico cada año.
Y es que somos nosostros mismos, con las acciones y decisiones de
nuestro día a día, los que determinamos el destino de nuestra vida como
especie, y nuestra repercusión en el medio en el que habitamos. No se
trata de desarrollar mejores técnicas para paliar las enfermedades que
nuestro estilo de vida desarrollado creó, si no se trata de dejar de
producir los agentes que las causan. En nuestra mano está hacer un uso
consciente y responsable de todo lo que se produce bajo la etiqueta de “
para una vida más cómoda”.
Nuestra vida está en juego y no resulta cómodo enfermar a causa de
automatizar cada pequeño gesto de nuestro cotidiano. No creamos que es
la tecnología la que nos salva. Es siempre la vida y sus mecanismos
ancestrales, la que se regenera a pesar del “desarrollo” que nos
empeñamos en imponer. Se trata de dejarla tranquila, en la medida en que
podamos, para que haga lo que siempre ha sabido hacer. La solución, al
problema que nosotros mismos generamos, es tan simple, como dejar de
generarlo.
Ilusionan te
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